Durante la pandemia, el contenido digital se viralizó en gran medida, pero también dio paso a miles de creadores de contenido que compartían contenido dañino para todo el entorno.
Los “trash streamers”o “streamers basura” comenzaron en Rusia en 2013 con un Youtuber bastante popular dentro de dicho país, quien al realizar un stream con sus amigos mientras bebían, iniciaron una pelea haciendo que esta “actividad” se viralizara y diera pie al inicio del “stream basura”. Este tipo de stream tiene una dinámica peculiar, los usuarios deberán donar para que los streamers realicen las actividades que los usuarios les piden, estas actividades siempre son obscenas e implica lastimarse o lastimar a otros.
Los streams de este tipo han continuado, sin importar las consecuencias, pues en 2020 un joven fue acusado de causar la muerte de su novia, a quien violentaba a través de streams para recibir donaciones de sus seguidores.
El psicólogo Alexandr Fedorovich relaciona la popularidad de este contenido con que los usuarios y quienes pagan dentro de los streams para que realicen estas actividades, lo hacen debido a que ellos no lo realizaron pero si pagaria por verlo, básicamente por morbo y también por el mismo efecto que causan las películas de terror o las series de asesinos seriales.
La mayoría de las personas que consumen este contenido siente una especie de placer cuando se asocia con uno de los personajes, y no siempre se trata del criminal, sino también de su víctima.
Fuente: El Extremo Sur
